Enclavado en un valle rodeado de montañas en el noreste de Mallorca, Artá es un pueblo encantador que ofrece una mezcla perfecta de historia, cultura y belleza natural. Aunque la mayoría de sus habitantes son mallorquines, el pueblo atrae a muchos visitantes, especialmente los martes, cuando se celebra su mercado semanal, famoso por su alfarería y cestería tradicionales.
Artá es rica en monumentos históricos, como el poblado talayótico de Ses Païsses, de la Edad de Bronce, el Santuario de Sant Salvador y las antiguas murallas de la fortaleza que cuentan la historia de su pasado. Un paseo por las almenas de la fortaleza islámica de Almudaina d'Artá ofrece impresionantes vistas del paisaje circundante, y una visita a las legendarias Cuevas d'Artá es imprescindible para aquellos que deseen explorar las maravillas naturales de la isla.
Aunque arraigada en la tradición, Artá ha adoptado un toque de lujo moderno, con varios hoteles boutique que contribuyen a su encanto. Entre los mejor valorados se encuentra Jardi d'Artá, que ofrece un refugio sereno y elegante a los visitantes.
Gracias a su buen acceso por carretera, Artá es también una base excelente para explorar la menos comercializada costa este de Mallorca.
Para los que buscan variedad, los cercanos puntos turísticos de Cala Ratjada y Cala Bona ofrecen un ambiente bonito y animado, mientras que el cercano pueblo pesquero de Colonia de Sant Pere proporciona una escapada tranquila y auténtica. No muy lejos de Artá, el moderno y peculiar restaurante Trobar de Capdepera ofrece una experiencia gastronómica única.